Joven simetría 4 umbral 8

De cómo estoy ayudando a un joven a moverse de la justificación a la convicción.

 

Simetría 4 umbral 8.

Del libro Impregnología tomo la descripción que hace su autor, el Dr Marcelo Candegabe para luego referirme a un caso clínico.

Por su simetría 4 la relación con el mundo esta influenciada por la información mineral.

La relación consigo mismo, su Vivencia, es de naturaleza animal.

La índole intima (Rescate, Reparación) es de naturaleza vegetal.

Estas personas buscan principalmente ser aceptados, aprobados por los demás (Necesidad vital), es eso lo que los motiva en la mayoría de sus actos. Pero quieren ser aceptados a través de lo que hacen: sus actos y sus obras (Patrimonio).

Aprobado se refiere a la condición relacionada con la identidad de una persona que la hace digna de respeto.

El mensaje inconsciente de esta simetría sería este: quiero que los demás, me respeten y acepten por todo lo que yo hago.

 

A primera vista son personas calmas, estables, integrados, no van más allá de los limites (Tema) de las cosas para conservan la estructura de su vida (Relación con el mundo). Sin embargo, en su interior hay un rico universo y lo vemos en sus oficios, profesiones y hobbies donde despliegan actividad. En este sentido están en constante ebullición buscando variables de expresión (Condición necesaria).

Firmes en sus opiniones, obstinados en lo que creen.

 

Las personas que responden al orden de simetría 4 frente a una situación extrema: primero resisten, rechazan o se integran a la nueva circunstancia y buscan las diferentes formas de encararlas efectivamente o se contraen respecto del mundo con angustia e inhibición y cuando la situación se extrema suelen tratar de adecuarse, de neutralizarla alterando el medio y justificándose infructuosamente.

 

Umbral 8 indica que en todos los escenarios de la vida va a experimentar la capacidad de integrar o rechazar lo que considera digno de su identidad. Este atributo lo podrá hacer sufrir o gozar.

 

Ahora sí, el caso clínico.

 

Martin es un joven de 22 años. Estudia en la Universidad.

Algunas expresiones:

“yo medía mi propio valor según como me iba en el colegio….los cambios de ultimo momento me molestan ….últimamente no me dan ganas de juntarme con mis amigos pero voy para que no piensen mal de mi….no quiero decepcionar a la gente….me quiero ir del país, cambiar de aire, quiero empezar a hacer las cosas yo, me da miedo terminar haciendo lo que no me gusta…..siento que fallo, que los decepciono, me quedé en la quinta sin ganas…..yo siempre siento culpa por todo…mi plan se basa en que todo salga perfecto…devolver a mis padres lo que ellos hacen por mi….tengo que entender que equivocarme no es el fin del mundo…”

Como es alumno regular en su carrera, encontró la oportunidad de viajar a Estados Unidos durante el verano para trabajar en un programa de Snowbassing. Esto lo hizo durante tres años consecutivos. Cursaba la carrera, obtenía la visa de trabajo, estaba en EEUU la temporada y volvía. Pasó que el primer año que fue conoció una chica de allá y se pusieron de novios. Durante el año ellos hacen videollamada o algún viajecito ella o el para verse.

A fin del año pasado estaba desmotivado con la cursada. Le faltaba poco para obtener la tecnicatura y se planteaba si seguir hasta obtenerla o seguir hasta tener la licenciatura. Fue a su trabajo de verano, se quedó un poco más tiempo aprovechando para esquiar y vivir con su novia.

Cuando volvió vino al consultorio y me contó lo que había decidido: quedarse este cuatrimestre sin cursar, aprovechar para preparar las dos materias que rendirá en julio y así obtener la tecnicatura y ya dejar esta universidad…quizás continuar estudiando en una universidad en Estados Unidos…ya no volver a trabajar en el centro de sky porque ahí la condición es estar cursando una carrera universitaria…y su idea es irse a vivir a Estados Unidos. En Utah.

A mi me pareció muy buen plan. Que a los 22 años ya esté teniendo estas oportunidades, siendo un joven sano, libre, que estuvo haciendo todo en tiempo y forma hasta ahora. Así que lo felicité y le dije que es muy valiente. Además, se ve que estuvo pensando mucho esto que está eligiendo hacer, así que muy bien. Hasta se ha puesto a trabajar como profesor de ingles en un colegio para aprovechar este tiempo.

Claro, la familia opina. Si bien no se oponen a que lo haga, le dicen que es una pena que no termine la carrera, que sus primos tienen un título profesional y es una pena que el no lo tenga. ¿Y qué pensás? Le pregunto. Entonces se angustia, llora, y justifica, es decir explica los motivos por los que el elige esto. Su abuela no coincide con el. Su tío tampoco. Sus padres lo aceptan, pero sin demasiado entusiasmo.

Lo que hago entonces mientras el está angustiado es un soliloquio. Hablo como si hablara sola, pero para que el escuche. Sobre lo acostumbrados que estamos a pensar que un título da tranquilidad, sobre el contenido de la vida de cada persona, que es lo rico, más que el título que obtiene en la Universidad, sobre lo que les cuesta a los padres y a los abuelos ver como los jóvenes se juegan por lo que quieren….El dice que cuando estaba en Utah pensaba que ese lugar lo hace feliz, y ahora que esta acá por más que trabaja y estudia y puede vivir con los padres no se siente tan feliz como allá. Allá podría trabajar y estudiar, ya estuvo viendo la posibilidad.

En ese momento le explico el modo justificación que le aparece a el cuando otros opinan sobre lo que elige. Y coincidimos en que no le sirve para nada. Hablamos de la convicción con la que el me cuenta lo que elige. Dice que se achica cuando lo miran los de su familia que no están tan convencidos como el.

Entonces le explico el propósito vital, que en su caso es manifestar la sensibilidad de la transformación. En esta aventura que el esta dispuesto a vivir este propósito esta manifestándose. Cuando el justifica ante los demás parece que estuviera pidiendo permiso. Ahora soy yo la que se emociona ante la posibilidad de ser tan joven y animarse a esto. O a lo que tantas veces no me animé. La psicóloga siente y se guarda lo que siente cuando no es oportuno mostrarlo. Pero es una maravillosa guía para ayudar a Martin lo que esta psicóloga siente mientras está con el.

Martin concluye: Cuando lo digo con convicción siento que me autorizo.

Apruebo sus palabras. Nos despedimos. Fue una hermosa sesión.

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